ÁNGELA PONCE: MISSES DE BISTURÍ

Comienzan a cambiar conceptos
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Ya quedó claro con su elección como Miss Universo que no tenerla, o tenerla operada, tampoco te impide ser reina de la belleza aunque parezca un contrasentido. Ocurre aquí lo que durante un tiempo resultó curioso en este país: que los hombres querían parecerse a Miguel Bosé, y las mujeres a Bibiana Fernández, y ninguno de los dos podía considerarse el Cánon del sexo que representaban.


Biológicamente hablando, los genitales con los que uno nace determinan el sexo, que no el género. Aquí viene al recuerdo la famosa frase del autobús que se paseó por España diciendo que los niños tienen pene y las niñas vulva; solo que el mensaje sel autobús iba con segundas y no tenía en cuenta las excepciones que siempre hay a toda regla.

La condición de mujer la da su comportamiento, su valor, y sobre todo su feminidad. Mujeres hay que han nacido con unos genitales femeninos que no admiten duda, y parecen camioneros aunque les gusten los hombres; y hombres habrá a quienes la naturaleza haya dotado como a Nacho Vidal, y sin embargo parezcan la Mademoiselle de Christian Dior. Pero precisamente por eso el caso de Bibiana Fernández no puede compararse con el de Ángela Ponce, porque en Bibiana Fernández no hay nada masculino; nada que indique a quien no conozca su pasado, que en otro tiempo nació sin la vagina objeto de controversia. En Bibiana Fernández prima y reina la feminidad, aunque se presentara a cara lavada y con un mono de mecánico; Ángela Ponce da la impresión de ser una belleza conseguida a base de tutoriales de maquillaje de Youtube, y da la impresión también de que cuando haga su efecto el agua micelar va a desaparecer Cenicienta para dar lugar al príncipe.


No critico yo la transexualidad, porque me parece una condición muy dura, y por decirlo claramente una gran putada que te hace la naturaleza. Superar eso me resulta un logro personal admirable; pero sí critico la pretensión de que una vez hecho el tránsito físico de cambio de sexo todos los transexuales pretendan ser mujeres femeninas: algunos se quedarán como la mujer de la que hablaba antes, que siéndolo de nacimiento y vocación sigue pareciendo un camionero, como lo parece Cathleen Jenner. Por muchos posibles que tenga Jenner para estilismos, con su ejemplo queda claro que el hábito no hace al monje.


Lo mejor que pueden hacer las misses, con vagina o sin ella, es desfilar y pasear la moda con sus cuerpos o poner sus bellos rostros al servicio de la publicidad; pero las frases profundas, los conceptos filosóficos, y sobre todo las opiniones controvertidas va a ser mejor dejarlas en manos más preparadas.

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